A todos les gusta tener admiradores, y muchos artistas aseguran que ellos son el motor que impulsa sus carreras y que si no fuera por ellos, no estarían en donde están. Pero, ¿en qué punto la admiración deja de ser sana para convertirse en una obsesión que puede poner incluso en peligro la vida de un artista?
Uno de los casos más conocidos es el de John Lennon, quien fue asesinado por un admirador, minutos después de pedirle un autógrafo. Madonna, Dulce María y Bono son otros artistas que han vivido en carne propia la obsesión de sus seguidores. Mira la galería para conocer sus historias, por las que por momentos preferirían estar en el anonimato para no tener que vivir la experiencia de tener... Fanáticos acosadores.